Tal y como se ha descrito en el Sutra de las Analogías de los Vaqueros, Bimbisara, el rey de Magadha, invitó al Buda y a quinientos de sus discípulos a permanecer allí durante tres meses. Puesto que el rey requería leche fresca y yogurt, les dijo a los vaqueros que vinieran, y que se quedaran a vivir en un lugar cercano. Cada día, ellos trajeron leche fresca y yogurt. Al final de los tres meses, el rey, lleno de gratitud hacia los vaqueros, les dijo: “Podéis ir a ver al Buda; y después podéis volver, y cuidar de las vacas.”
Todos los vaqueros se dirigieron entonces a hacerle una visita al Buda. Mientras estaban en camino, hubo una discusión entre ellos: “Nosotros hemos oído decir que el Buda es omnisciente. Todos nosotros pertenecemos a la casta más inferior. ¿Cómo podríamos ser capaces de averiguar si verdaderamente existe un hombre omnisciente?”
Puesto que todos los brahmanes son aficionados al yogurt, siempre estaban yendo y viniendo al lugar en el que vivían los vaqueros; y esto hizo que entre ellos se desarrollara una amistad bastante buena. Debido a esto, los vaqueros habían llegado a oír los nombres de todas las distintas escrituras de los brahmanes.
Ellos continuaron hablando del tema: “Todas las preguntas difíciles que pudieran plantearse de las enseñanzas de los Cuatro Vedas sobre técnicas de curación, lucha, astrología, sacrificios a los dioses, canto, danza, debate, y todas las restantes sesenta y cuatro artes mundanas, si él supiera sobre todas estas materias, no podría calificarse como algo remarcadamente difícil, pues este hijo del Rey Suddhodana ha estudiado ampliamente, y está muy versado. ¡Pero él nunca ha sido un vaquero!
Nosotros le preguntaremos sobre los métodos reservados que tienen que ver con el manejo de las vacas. Si él es capaz de saberlo, entonces verdaderamente es un hombre omnisciente”
Después de que hubieran acabado con su discusión, ellos entraron en los jardines de bambú desde el frente, y vieron la luz del Buda iluminando el bosque.
Ellos entraron, y furtivamente miraron al Buda, y lo vieron sentado bajo un árbol, con su forma pareciendo una montaña de oro. Era como cuando la mantequilla es arrojada en el fuego, y sus llamas son intensamente brillantes. Era como si se hubiera desparramado oro fundido sobre todos los bambús. Ellos, sin saciarse, miraban su forma que parecía irradiar luz dorada. Sus mentes estaban grandemente deleitadas, y se dijeron a sí mismos:
“Este león del Clan de los Sakya,
Tanto que sea omnisciente como no,
Al verlo, uno no deja de estar deleitado.
Solo eso debería de ser suficiente como prueba.
Su luz es la principal iluminación,
Su rostro es extremadamente raro y precioso,
Las características físicas abundan en preciosas virtudes.
Todas ellas dan la medida del nombre de “Buda”.
Toda característica está perfectamente clara,
En cualidades espirituales, él está completamente dotado.
Él está arropado en cualidades meritorias.
De aquellos que lo ven, nadie deja de adorarlo.
Su cuerpo permanece en medio de una órbita de luz.
Quien mira hacia él, nunca puede ver bastante.
Si existe alguien que posea la omnisciencia,
Ciertamente, debería de poseer estas cualidades meritorias.
Todas las pinturas hechas en diversos colores,
Y las estatuas embellecidas con joyas,
Pueden intentar compararse con esta exquisita figura,
Pero nunca tendrán éxito, si acaso serán solo un símil.
Él es capaz de satisfacer a todo el que lo mira,
Haciendo que en ellos se desarrolle el más supremo gozo.
Quien lo vea, obtiene una fe pura.
Ciertamente, es un hombre que es omnisciente.”
Tras haber pensado de esta forma, ellos mostraron reverencia ante el Buda, se sentaron, y entonces preguntaron:
“¿Qué métodos emplea un vaquero que es capaz de hacer que el rebaño florezca, y qué métodos deja de emplear para que el rebaño no crezca y no pueda estar en un lugar tranquilo y seguro?”
El Buda replicó: “Existen once métodos por los cuales el vaquero es capaz de hacer que el rebaño florezca. ¿Cuáles son estos once? Son: conocer el color; conocer las características; conocer cómo cepillar; conocer cómo vestir adecuadamente las llagas; conocer cómo hacer humo; conocer el buen camino; conocer el lugar apropiado para el ganado; conocer el sitio bueno para vadear; conocer el sitio tranquilo y seguro;conocer cómo preservar el flujo de la leche; y conocer cómo cuidar al toro líder de la manada.
Si el vaquero conoce estos once métodos, él será capaz de hacer que el rebaño se multiplique. El monje también es similar a esto. Si él conoce los once métodos, él es capaz de hacer que se incrementen y crezcan los fenómenos positivos.
¿Qué se quiere decir con “conocer el color”? Uno es conocedor del valor relativo del ganado que sea negro, blanco, o de cualquier otro color. El monje también es similar a esto. El sabe que todas las formas son los cuatro grandes elementos, o que están compuestas por los cuatro grandes elementos.
¿Qué se quiere decir por “conocer las características”? Uno reconoce las características del ganado que indican si será auspicioso, o no auspicioso. El que una vaca pueda o no vivir armoniosamente dentro de un rebaño es conocido sobre la base de sus características. El monje también es similar a esto. Viendo las características del buen karma, el ve que uno es un hombre sabio; viendo las características del mal karma, uno ve que es una persona estúpida.
¿Qué se quiere decir con “cepillar”? Cuando la sangre del ganado está siendo succionada por los insectos, entonces se ocasiona un aumento de las llagas como resultado. Al cepillar, uno evita este daño, y entonces la vaca es feliz, y su pelo brillante. El monje también es similar a esto. Cuando los insectos de los pensamientos incorrectos y desviados, y el pensamiento discursivo, beben la sangre de las raíces de mérito de uno, esto incrementa las llagas de la mente. Cuando se han quitado, uno permanece en paz y seguridad.
¿Qué se quiere decir con “vestir las llagas”? Se refiere a emplear mantos de tejido, o de hojas de hierba para evitar las picaduras nocivas de los mosquitos y de los tábanos. El monje también es similar a esto. El emplea los fenómenos de la contemplación adecuada para cubrir las llagas de las seis facultades sensoriales, y de esta forma no permitirse ser herido por los aguijones de los insectos nocivos de las aflicciones, tales como el deseo y el enfado.
¿Qué quiere decirse con “conocer cómo hacer humo para espantar a los mosquitos y a los tábanos”? Cuando desde la distancia la vaca ve el humo, entonces ella se dirigirá hacia los establos. El monje también es similar a esto. El habla estrictamente de acuerdo con lo que ha oído, y se libera de los mosquitos y tábanos de las diversas trabas. El emplea el humo del hablar del Dharma para dirigir a los seres de forma que puedan entrar en la morada de la ausencia del yo, el verdadero carácter de los fenómenos; y la vacuidad.
¿Qué se quiere decir con “conocer el camino”? Esto se refiere a conocer los caminos buenos y malos para que el ganado vaya y venga. El monje también es similar a esto. El sabe que el Sendero Óctuple de los Nobles es capaz de llevarle a uno al Nirvana, y él se distancia de los malos senderos del nihilismo y el eternalismo.
¿Qué se quiere decir con “conocer el lugar apropiado para el ganado”? Cuando uno conoce el lugar adecuado para las vacas, uno es capaz de hacer que el rebaño se multiplique, y de que padezcan pocas enfermedades. El monje también es similar a esto. Cuando el Dharma del Buda es pronunciado, él obtiene un gozo puro en el Dharma, y por lo tanto se incrementan sus raíces de virtud.
¿Qué se quiere decir con “conocer dónde vadear”? Uno conoce el lugar por dónde es fácil entrar, dónde es fácil cruzar, dónde no hay olas, o pestes nocivas. El monje también es similar a esto. El es capaz de ir a dónde vive un monje instruido, y preguntarle sobre el Dharma.
Quien expone el Dharma, es consciente de la relativa agudeza de la mente, y del relativo peso de las aflicciones poseídas por la persona que está ante él. Por lo tanto, él influye en esta persona para que escoja un buen lugar para vadear, y para que tenga éxito al cruzar a salvo desde el ciclo del nacer y el morir, hasta el Nirvana.
¿Qué se quiere decir con “conocer un sitio tranquilo y seguro”? Uno conoce un lugar para vivir en el que no hay tigres, lobos, insectos nocivos, o animales venenosos. El monje también es similar a esto. El conoce la paz y la seguridad de los cuatro estados de la concentración, en los que no existe ninguno de los demonios nocivos, ni de las bestias venenosas de las aflicciones. El monje entra en ellos, y de esta forma está lleno de paz, seguro, y libre de calamidades.
¿Qué se quiere decir con “preservar el flujo de la leche”? La vaca produce leche llevada por su afecto hacia el ternero. Dejando toda la leche que exceda lo necesario, la vaca es feliz, y así continúa habiendo un flujo continuo de abastecimiento. El toro líder, lo mismo que los vaqueros, se benefician de esto todos los días. El monje también es similar a esto. Las personas laicas donan ropa y comida. Uno tiene que saber cómo ser conservador en la cantidad que uno acepta y, de esta forma, uno es capaz de evitar que este recurso se agote. Si este es el caso, entonces los donantes están felices, y su fe no es dañada, y también el receptor no está falto de lo esencial.
¿Qué se quiere decir con “conocer cómo cuidar al toro líder”? Si uno protege al gran toro, el será capaz de guardar el rebaño. Por lo tanto, uno debería de darle aceite de sésamo para beber, proveerle de un collar adornado, y darle la distinción de unos cuernos cubiertos de metal. Debería de ser acariciado, cepillado, y alabado efusivamente. El monje también es similar a esto. Cuando de entre la multitud de los miembros de la Sangha, hay un gran hombre que posee una gran virtud, que es capaz de proteger y de beneficiar al Dharma del Buda, que es capaz de derrotar en los debates a los no budistas, y que es capaz de influenciar a las ocho asambleas para que tengan éxito a la hora de plantar raíces de virtud, uno debería de mostrar respeto y de hacerle ofrendas de acuerdo a lo que él necesite”
Cuando los vaqueros escucharon estas palabras, pensaron para sí: “Lo que nosotros los vaqueros sabemos no va más allá de tres o cuatro de estos temas, e incluso los más expertos vaqueros, como mucho, no conocen más que cinco o seis de ellos.”
Entonces, después de que habían oído este discurso, exclamaron que habían oído lo que nunca antes ninguno de ellos oyera, y de acuerdo dijeron: “Si él sabe de estas cuestiones, entonces también tiene que saber del resto. Verdaderamente, es un hombre omnisciente.”
Y entonces ellos ya no tuvieron más dudas.
Trad. por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso.