SUTRA A ANGULIMALA.

(Angulimala Sutta)


Esto he oído. Cierta vez el Bhagavan estaba residiendo en el monasterio donado por Anathapindika, en la Arboleda de Jeta, en Savatthi. En aquel tiempo en el reino del Rey Prasenajit de Kosala, había un salteador llamado Angulimala . Era fiero, con las manos llenas de sangre, y se ocupaba en matar sin misericordia a los seres. En aquel tiempo, el destruyó aldeas enteras, caravanas enteras, e incluso peligraba el estado. El mataba a los seres humanos para hacer un collar de dedos.
Entonces el Bhagavan, a la mañana, se vistió con sus hábitos monásticos, y cogiendo el bol y los hábitos entró en Savatthi en busca de limosnas. Después de ir a hacer la ronda de limosnas y de volver de ella, después de tomar su comida, arregló su aposento, y cogiendo el bol y los hábitos comenzó a andar por el sendero que llevaba al lugar en el que estaba Angulimala.
Los vaqueros, granjeros, y viajeros al ver al Bhagavan seguir el sendero que llevaba al lugar donde se encontraba Angulimala, se paraban a decirle: "Asceta, no sigas por ese sendero; allí vive un salteador llamado Angulimala, un ser cruel con las manos llenas de sangre, que se ocupa de matar sin misericordia a los seres. Ha destruido aldeas completas, caravanas completas, e incluso pone en peligro el estado. Mata a los seres humanos para hacer un collar de dedos. ¡Oh, asceta! Incluso una banda de diez, veinte, treinta y cinco, o incluso cincuenta personas que siguieron ese sendero fueron matados por ese malhechor de Angulimala." Cuando esto fue dicho, el Bhagavan siguió andando en silencio. Se lo dijeron por segunda vez, y el Bhagavan siguió andando en silencio. Una tercera vez se lo repitieron, y el Bhagavan siguió andando en silencio.
El salteador Angulimala vio como el Bhagavan se acercaba en la distancia, y en él surgió este pensamiento: "¡Indudablemente, es maravilloso! La gente viene por este sendero en grupos de diez, o de veinte, o de treinta, o de cuarenta, o de cincuenta. Todos ellos han caído en mis manos. Este asceta viene solo, sin nadie más, quizá piense que pueda vencerme... ¿Y qué si mato este asceta?"
Entonces el salteador Angulimala cogió su espada y su armadura, colocó el carcaj y el arco, y siguió de cerca tras el Bhagavan. Entonces el Bhagavan por medio de su poder psíquico hizo que aunque el malhechor Angulimala estaba persiguiéndolo con todas sus fuerzas, era incapaz de alcanzar al Bhagavan.
Entonces al salteador Angulimala se le ocurrió: "¡Esto es indudablemente maravilloso, anteriormente yo podría aventajar a un elefante corriendo, a un caballo al galope, a un carro desplazándose, y ahora, corriendo con todas mis fuerzas, no soy capaz de alcanzar a este asceta!"
Entonces, agotado, se paró, y llamó al Bhagavan: "¡Para! ¡Asceta, para!"
El Bhagavan respondió: "Angulimala, yo ya he parado. ¡Para tu también!"
Entonces al salteador Angulimala se le ocurrió: "Estos ascetas, los hijos de los Sakyas, hablan la verdad y están establecidos en la verdad. Sin embargo, mientras estaba caminando, ¿Por qué dijo: "Yo he parado, Angulimala, ¡Para tu también!"? ¿Y qué si le pregunto al asceta con respecto a ello?"
Entonces el salteador Angulimala dijo esto en verso al Bhagavan:
"Mientras sigue andando, el asceta dice:"Yo he parado";
Cuando yo ya he parado, él dice que yo no he parado.
Asceta, explícame eso,
¿Cómo es que tú has parado, y yo no he parado?

El Bhagavan respondió:
"Angulimala, yo he parado para lo Bueno ,
He abandonado el hacer daño a los seres sintientes.
Tú no has dejado de hacer daño a los seres,
Por lo tanto, yo he parado y tú no".

Tras oír esto, Angulimala dijo:
"Después de mucho tiempo hemos encontrado
A un Gran Sabio en un gran bosque.
Yo arrojaré todo mi demérito para realizar lo Bueno,
Oyendo Tus palabras, disfruté con el Dharma .

Entonces, en aquel mismo momento, el salteador Angulimala arrojó sus armas en lo profundo del bosque, cayó a los pies del Bhagavan, y le suplico que le diera refugio.
El Bhagavan, el Sabio , lleno de compasión hacia el mundo entero, le dio refugio diciendo: "Ven, ¡Oh, monje!" Esta fue su toma de refugio.
Entonces el Bhagavan, junto con el Venerable Angulimala como segundo monje, fue caminando a través de las calles de Savatthi y llegaron al monasterio ofrecido por Anathapindika, en la Arboleda de Jeta.
En aquel tiempo, a la entrada del palacio del Rey Prasenajit de Kosala se había congregado una gran multitud, haciendo mucho ruido, diciendo: "Señor, en el reino hay un salteador llamado Angulimala. Es fiero, con las manos llenas de sangre, no tiene compasión hacia los seres; destruye caravanas, poblados, y pone en peligro el estado. Mata a los seres humanos, y después corta sus dedos para ponerlos como collar alrededor de su cuello. Señor, debería de ser castigado".
Entonces el Rey Prasenajit de Kosala abandonó su palacio junto con unos quinientos jinetes a lomos de caballo, y se aproximó al monasterio. Llegó tan lejos como pudo con ese medio de transporte, y se dirigió andando al lugar en el que se encontraba el Bhagavan. Aproximándose andando al Bhagavan, le rindió veneración, y se sentó a un lado. Entonces el Bhagavan dijo así al Rey Prasenajit de Kosala: "Gran Rey, ¿Se ha levantado contra ti el Rey Seniya Bimbisara de Magadha, o se han levantado contra ti los Licchavis de Vesali?"
Rey Prasenajit: "No, Venerable Señor. Ni el Rey Seniya Bimbisara de Magadha se ha levantado contra mí, ni los Licchavis de Vesali se han levantado contra mí. Sin embargo, hay un malhechor en mi reino, de nombre Angulimala, que es fiero, con las manos llenas de sangre, sin compasión hacia los seres. Destruye caravanas, poblados, y hace peligrar el estado. Mata a los seres humanos para cortarles los dedos, con los cuales hace un collar que se pone al cuello. Venerable Señor, yo voy a castigarle."
Bhagavan: "Gran Rey, si tú ves a Angulimala, con la cabeza y la barba afeitada, vistiendo ropas amarillas, adoptando la vida de quien no posee un hogar, absteniéndose de quitar la vida, de coger lo que no sea dado, de mentir, comiendo una sola vez al día, y siendo virtuoso. ¿Qué le harías?"
Rey Prasenajit: "Venerable Señor, yo me levantaría de mi asiento cuando llegara, lo invitaría, dispondría para él las cuatro cosas necesarias para la vida: ropas, comida, alojamiento, y medicinas, y le garantizaría una rigurosa protección. Sin embargo, Venerable Señor, ¿Cómo podrían malhechores como él tener tales virtudes?"
En aquel tiempo, el Venerable Angulimala estaba sentado cerca del Bhagavan, y el Bhagavan apuntó con su mano derecha, y dijo al Rey Prasenajit de Kosala: "Gran Rey, ese es Angulimala".
Entonces el Rey Prasenajit de Kosala se sintió lleno de miedo, y sus cabellos se erizaron. Entonces el Bhagavan, sabiendo que el Rey Prasenajit de Kosala estaba lleno de miedo y que sus cabellos se habían rizado, dijo así: "Gran Rey, no tengas miedo. No hay nada que temer ahora".
Entonces todo el miedo se desvaneció en el Rey Prasenajit de Kosala, y aproximándose al Venerable Angulimala, le dijo: "Venerable señor, ¿Eres Angulimala?"
Angulimala: "Si, Gran Rey, soy Angulimala".
Rey Prasenajit: "¿De qué clan es el padre del venerable, y de qué clan es la madre del venerable?"
Angulimala: "Mi padre es Gagga y mi madre Mantani."
Rey Prasenajit: "Venerable señor, venerable Gaggamantaniputta , me complace otorgarte el perdón. Te proveeré con los cuatro requisitos para la vida: ropas, comida, alojamiento y medicinas cuando enfermes."
En aquel tiempo el Venerable Angulimala vivía con un simple pedazo de comida, residía en el bosque, y vestía unos raidos tres hábitos monásticos. Así que el Venerable Angulimala dijo al Rey Prasenajit de Kosala: "Es inútil, Gran Rey, mis tres hábitos están completos".
Entonces el Rey Prasenajit de Kosala se aproximó al Bhagavan, el rindió veneración, y se sentó a un lado, diciendo: "Indudablemente, es maravilloso como el Bhagavan ha domado a aquellos que debían de ser domados, como ha apaciguado a aquellos que no estaban apaciguados, como ha hecho que aquello que no está extinto se extinga. Como ha domado a aquellos que no podían se domados por el palo o las armas, sin utilizar ni palo, ni armas... Bien, ahora tenemos mucho trabajo que hacer, nos vamos."
Entonces el Rey Prasenajit de Kosala se levantó de su asiento, rindió homenaje al Bhagavan, lo circunvaló tres veces, y se marchó.
Entonces el Venerable Angulimala se puso sus hábitos por la mañana, y llevando su bol y sus hábitos se dirigió a la ciudad de Savatthi en busca de limosnas. Cuando estaba haciendo la ronda de limosnas en Savatthi en el debido orden, vio a cierta mujer con los dolores del alumbramiento, y entonces a él se le ocurrió: "Indudablemente, los seres son impuros".
Entonces después de hacer la ronda de limosnas y de tomar la comida, el Venerable Angulimala se aproximó al Bhagavan, le rindió homenaje, se sentó a un lado, y dijo: "Venerable Señor, cuando yo estaba haciendo la ronda de limosnas en el debido orden, yo vi a cierta mujer sufriendo los dolores del alumbramiento, y se me ocurrió: "Indudablemente los seres son impuros".
Bhagavan: "Entonces, Angulimala, vete a Savatthi, aproxímate a esa mujer y dile: "Hermana, desde mi nacimiento yo no he destruido a ningún ser a sabiendas, que por esa verdad tú puedas estar bien, y que el que está naciendo pueda estar bien."
Angulimala: "Venerable Señor, ¿No sería eso una mentira contada conscientemente? Yo he destruido muchas vidas siendo consciente de ello."
Bhagavan: "Entonces Angulimala, vete a Savatthi, aproxímate a esa mujer, y dile: "Hermana, desde que yo he nacido en el noble nacimiento, yo no he destruido ninguna vida sabiéndolo, que por esta verdad tú puedas estar bien, y que el que está naciendo pueda estar bien."
Entonces el Venerable Angulimala estuvo de acuerdo, y dirigiéndose a Savatthi se aproximó a la mujer, y le dijo: "Hermana, puesto que yo he nacido en el noble nacimiento, desde entonces yo no he destruido a ningún ser a sabiendas, que por esta verdad tú puedas estar bien, y que el que está naciendo pueda estar bien".
Entonces ella se puso bien, y el niño también estaba bien. Entonces Angulimala se apartó del gentío, y se dirigió a la soledad y se esforzó diligentemente para disipar las ataduras, y antes de que pasara mucho tiempo, por todas esas razones por las que los hijos del linaje abandonan correctamente la vida del cabeza de familia para llevar la vida de quien no tiene hogar, el realizó conscientemente y permaneció en ese noble fin de la vida santa. El supo: "El nacimiento está destruido, la vida santa está vivida, lo que se debía de hacer está hecho. No hay más que desear" .
Entonces el Venerable Angulimala se vistió sus hábitos a la mañana, y cogiendo el bol y los hábitos se dirigió a hacer la ronda de limosnas en Savatthi. Entonces si un terrón de tierra era arrojado a alguien, golpeaba al Venerable Angulimala. Si un palo era arrojado a alguien, golpeaba al Venerable Angulimala. Si era arrojada una piedra, golpeaba al Venerable Angulimala. El Venerable Angulimala se presentó donde estaba el Bhagavan con la cabeza golpeada y manando sangre, con el bol roto, y con los hábitos desgarrados.
Entonces el Bhagavan viéndolo aproximarse en la distancia dijo: "Brahmín, soporta eso. Como resultado de tus acciones tendrías que experimentar su maduración durante muchos años, durante muchos cientos de años, durante muchos miles de años en el infierno. Brahmín, soporta los resultados de tus acciones aquí y ahora."
El Venerable Angulimala experimentó el gozo de la liberación en su retiro, y entonces se le ocurrieron estos versos:

"El negligente llega a hacerse diligente,
E ilumina el mundo
Como la Luna liberada de las nubes.

Cuando su mérito cubre todo su demérito,
El ilumina el mundo
Como la Luna liberada de las nubes.

El joven monje, uncido a la compasión del Bhagavan,
Ilumina el mundo
Como la Luna liberada de las nubes.

Enemigos míos, oíd la Enseñanza, unciros a la compasión del Bhagavan;
Enemigos míos, mis amigos más íntimos a quienes enseño el Dharma que apacigua;
Enemigos míos, generando paciencia y eliminado toda aversión,
Escuchad el Dharma y vivid de acuerdo al Dharma.

No me hagáis daño a mí, ni a ningún otro por ninguna razón;
Alcanzad el supremo apaciguamiento,
Y proteged al que es firme y al que no lo es.

Los regantes, llevan el agua;
Los arqueros lanzan flechas;
El carpintero trabaja la madera;
El sabio doma su ego.

Algunos son domados con un palo, gancho o látigo,
Yo fui domado sin palo o arma
Por Aquel.

Cuando yo era un criminal,
Mi nombre era "no dañar";
Ahora hago honor a mi nombre
No dañando a ningún ser.

Antes, yo era un salteador conocido como Angulimala,
Y fui inspirado por el surgir del refugio en el Iluminado.
Antes yo era conocido como Angulimala , con las manos llenas de sangre;
Buscando el refugio en el Líder de los Seres, fue destruido.

Tras haber hecho muchas acciones que llevan al infierno,
Estando afectado por el efecto de las acciones,
Yo como la comida sin tener deudas.

Los necios están uncidos a la negligencia;
Los sabios protegen la diligencia como la suprema riqueza.
No permanezcas uncido a la negligencia y a los placeres de los sentidos,
Concéntrate con diligencia para lograr la felicidad.

Haz que aumente y que no decrezca, este es un buen consejo;
Alcanza la visión profunda más elevada,
Haz que aumente y que no decrezca, este es mi buen consejo;
Yo que he perfeccionado los Tres Entrenamientos , y he hecho la dispensación del Iluminado".

Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción upasaka Losang Gyatso. Editado a 29-5-2014.